Consecuencias psicológicas de las lesiones

Los que me conocéis sabréis que me he roto un dedo de la mano derecha de la manera más tonta posible. Pero bueno por muy tonta que fuera la manera, las consecuencias y el dolor son los mismos. Así que intento no buscar explicaciones.

Me han inmovilizado la mano durante por lo menos cuatro semanas y esto hace que me plantee las consecuencias psicológicas que pueden tener este tipo de traumas. No voy a engañar a nadie, doler duele y mucho. Sin embargo, el resto de consecuencias también son bastante desagradables.

Soy una persona muy activa que siempre está de aquí para allá y que se lleva el mundo por delante. Me gusta hacerlo todo yo y tenerlo todo controlado. Pero en estos momentos no puedo hacer absolutamente nada y esto me agota a nivel psicológico y me hunde por momentos.

Estar en casa, sentada y sin mover la mano es algo que hasta hace una semana era impensable para mí. Ahora, me siento impotente, con rabia y tristeza. Además, sé que si no me porto bien y hago lo que el médico dice tendré consecuencias para toda la vida.

No puedo escribir con el teléfono móvil, no puedo vestirme, no puedo ducharme, no puedo hacerme la comida, etc. En definitiva, no puedo hacer muchas cosas que antes hacía sin problema. Al menos, me queda la otra mano y puedo utilizarla para escribir con el ordenador.

Todo ello, me hace reflexionar sobre las consecuencias psicológicas de las lesiones que en muchas ocasiones no son tenidas en cuenta pero que, sin duda, son de vital importancia y se les debería prestar atención.